La aterosclerosis es la acumulación de depósitos de grasa, llamados placas ateromatosas, dentro de las paredes de los principales vasos sanguíneos, que provocan un estrechamiento gradual de sus diámetros de luz para restringir el flujo sanguíneo y el transporte de oxígeno a los tejidos con el tiempo. En este sentido, la Enfermedad arterial periférica (PAD) está causada, principalmente por la aterosclerosis de las arterias periféricas.
Además, la aterosclerosis en el corazón se conoce como enfermedad de las arterias coronarias y, si ocurre en el cerebro, se llama enfermedad cerebrovascular, incluidos los accidentes cerebrovasculares y la demencia vascular.
Se estima que la PAD afecta a más de 200 millones de personas en todo el mundo y su prevalencia aumenta con la edad.
¿Cuáles son los principales síntomas de la PAD?
La mayoría de las personas con PAD no presentan ningún síntoma perceptible, especialmente en las primeras etapas de la enfermedad. Una vez que las áreas afectadas empeoran progresivamente, es cuando los síntomas se hacen más evidentes.
Así, el síntoma más común, y el que primero aparece, se conoce como claudicación intermitente, que es un dolor muscular o calambres con el esfuerzo físico que se alivia con el reposo. Además, la región particular que padece PAD también puede tener una temperatura más baja en comparación con el resto del cuerpo, así como algo de enrojecimiento.
Otros síntomas que pueden desarrollarse son falta de crecimiento de uñas o cabello, piel pálida o descolorida, debilidad o entumecimiento de las extremidades, sensación de hormigueo o que las llagas no se curan rápidamente y pueden infectarse.
Lo cierto es que, si no se trata, la PAD puede empeorar y provocar isquemia crítica de la extremidad y gangrena. Esto podría limitarse a extremidades como los dedos de los pies o las áreas más grandes de la pierna. Desafortunadamente, la necrosis tisular causada por la isquemia crítica es irreversible y puede llevar a amputación.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la enfermedad arterial periférica?
Uno de los principales factores de riesgo es el tabaquismo, puesto que, según estudios, los fumadores tienen un promedio de 10 veces mayor en el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Otro es la diabetes, cuyo promedio aumenta de 2-4 veces más.
La hipertensión también aumenta el riesgo de desarrollar esta patología, así como la dislipidemia o hiperlipidemia. Además de un estilo de vida sedentario.
No obstante, todos estos factores se pueden cambiar, es decir, dependen de los hábitos y estilo de vida de la persona, pero hay otros grupos de riesgo identificados con un mayor riesgo, como aquellas personas que tienen antecedentes familiares con esta enfermedad o enfermedades cardíacas y ciertas etnias.